Antonio Cordonnier
Agradecimiento de un Padre a un amigo: EL TENIS
Actualizado: 4 mar 2020
Un padre de un niño de 12 años, me pide si puedo publicar (anónimamente), unas líneas que escribió.
Vale mucho la pena.
“TENIS JUVENIL COMPETITIVO: UNA INIGUALABLE ESCUELA DE PADRES”
El Tenis es un deporte tremendamente peculiar, que entre más lo conozco, se me hace que es un retrato de lo que son nuestros días.
Quiero dedicarle unas líneas porque he tenido el privilegio de asistir a una cita del circuito nacional juvenil colombiano, evento que ha colocado al límite mis emociones y me ha dado una cátedra de todas las capacidades físicas y mentales que tienen estos jóvenes. Y es que en esta ocasión, mi amigo tenis, ha escogido entre sus aprendices de privilegio a mi hijo y le ha demostrado todo lo duro que puede ser como deporte. Ha jugado con sus nervios, con su ansiedad, se ha metido en su cabeza desnudando sus temores, para finalmente golpearlo con la raqueta de la derrota, en su primer partido lo ha dejado fuera del torneo.
¡Qué duro para mí estar a unos cuantos metros de mi hijo, maniatado e impotente sin poder hacer nada!

Y si…, muchos padres pensaran que no estoy muy cuerdo, ¿Cómo puedes dejar que tu hijo practique un deporte que le causa todo esto? Personalmente en lo que puede ser mi propio autodiagnóstico de “Síndrome de Estocolmo” (recuerda que me tuvo maniatado) he terminado agradeciéndole, pues ningún padre indistintamente de su condición social, creencia o nacionalidad obtendrá por ahora la burbuja mágica que blindará a su hijo de todos esos feroces ingredientes que al igual que el tenis competitivo nos comparte la sociedad, y al final me doy por bien servido pues nos tocó aprender jugando. Y es que un gran número de padres, con gran nostalgia, mientras mi hijo vivía todo esto a través de un juego de tenis, recuerdan aquellos hijos que decidieron quitarse la vida y ni qué decir de los otros que aunque vivos nunca más han vuelto a casa y se encuentran sumergidos en el oscuro mundo de las drogas.
¿Saben por qué? Quizás este grupo de personas nunca tuvieron un amigo tan particular como el tenis.
GRACIAS AMIGO TENIS por esa oportunidad que me das como padre, allí estuve para contener a la luz de mis ojos. Y aunque lo derrumbaste, ahora está más apasionado por seguir aprendiendo de ti. Mientras escribo estas líneas, mi chico sale sonriente a entrenar, ¡cuánta tenacidad le has regalado a mi hijo!, se ha levantado y sabe que con su fuerza y el amor de su familia dará vuelta a lo que finalmente solo fue un mal día.
Me despido de ti amigo tenis, no sin antes decirte:
¡PREPÁRATE PORQUE MUY PRONTO ESTAREMOS DE VUELTA!

Imagen recuperada de dmsport.es