Los cambios que la ATP realizó en el tenis profesional en los últimos años hacen, que la conocida barrera de los Top 100, se convierta hoy quizás en una barrera de los Top 250 ATP.
Lo que se conoció semanas atrás, que el abierto de Australia aumentó sus premios un 11%, pero en un 30% a los jugadores de primera ronda de clasificación, poniendo ese premio en 14 mil dólares americanos, es una de las medidas que muestran las intenciones de los responsables de la ATP de aumentar la cantidad de jugadores que puedan “vivir del tenis”. Con la misma finalidad, se le otorgó hospitalidad obligatoria a los challenger, con lo cual se reduce uno de los gastos más importantes de los jugadores en el circuito. Y la confirmación final, es la entrega de un bono semestral de dinero por estar entre los 400 primeros del mundo en sencillos o entre los 200 primeros en dobles.
Hoy son muchos más los aspirantes a ganar dinero en el circuito, por lo tanto, era lógico, que fuera un número mayor el que ganara dinero también, no el razonamiento inverso de reducir los aspirantes como alguna “mente avanzada” lo pensó un año atrás.
Estas mayores oportunidades de romper la barrera, junto a la evolución de la medicina y el entrenamiento deportivo, han provocado una inmensa cantidad de jugadores por encima de los 30 años que aún intentan el camino profesional.
Estos, se encuentran en muy buenas condiciones físicas, mejores conocimientos y seguramente mejor madurez mental para competir, organizarse, cuidarse y entrenar.
No sólo Federer, Nadal y Djokovic, sino muchos otros “desconocidos” intentan día a día y hacen más duro el camino de jóvenes jugadores que encuentran una dificultad más o un camino aún más largo para romper la barrera.
Imagen recuperada de www.wtatennis.com